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sábado, 8 de diciembre de 2007

IDEAL DE BELLEZA

Intuitivamente siempre he creído en el ideal de belleza Occidental como algo inapelablemente superior al resto de culturas que habitan nuestro planeta, craso error. Claro esto es lógico dada mi condición de europeo y occidental.
Este ideal esta relacionado con nuestra historia y cultura además de nuestros sentimientos básicos vitales. Estos últimos priman más en nuestra civilización que en otras. Me refiero a los que se relacionan con los instintos de reproducción y perpetuación de la especie.
La simetría nos remite a la juventud; la multiplicidad al vigor y fuerza de la vida. En definitiva, estos patrones van ya impresos en nuestro código genético y nuestra memoria social. Igual ocurre en cada civilización con sus patrones.
La diferencia entre la nuestra y la Oriental estriba en el poder de crítica y de apertura hacia sus distintos valores.
Precisamente las ideas bipolares como el Ying-Yang o vacío-plenitud enseñaron en oriente la búsqueda de la realidad como resultado crítico de dos circunstancias, aparentemente contrarias, aunque no lo son, se complementan, son dos caras posibles de la realidad.
En Occidente el paso crítico ha sido anulado cada vez que ha sido necesario por el poder establecido en cada momento. Primariamente como discurso fatalista entre el bien y el mal; bases establecidas por filósofos clásicos griegos como Sócrates, Platón y Aristóteles. Confirmadas posteriormente en la edad Media también por pensadores como Santo Tomás y San Benito.
Es solo a final del S. XIX cuando se dan las condiciones necesarias, surgen movimientos que cuestionan estos principios básicos en nuestros ideales estéticos.
Dadaísmo, Cubismo, Impresionismo, surrealismo, Arte Abstracto…
Bueno, en verdad hablo de meras expresiones artísticas. Aplicado a Bonsái la cosa se puede complicar aún más, ya que el término Bonsái implica una serie de características propias, entre ellas la de la cultura y ese refinamiento tan típico del pueblo japonés.
¿Cómo aplicar este ideal de belleza occidental, o más allá, el de belleza universal a este fantástico mundo?
A mi modesto entender la solución puede estar la combinación de dos factores: Por un lado en la Naturaleza como maestra .Y por el autor como idealizador e intérprete de esa realidad natural. Este complicado equilibrio nos puede proporcionar también las pautas de diferenciación entre distintas culturas a la hora de hacer bonsái. Creo evidente que el uso artístico se hará más patente en la occidental, y el respeto natural en la oriental.
Me queda como duda la posibilidad de aplicar estas ideas también a la parte cerámica de la obra, me refiero a la de trasgredir en cierta medida su aspecto estético, que aunque siga guardando los valores estéticos Zen quede marcado el carácter occidental.
Para finalizar, esta idea de Naturaleza-Autor no es una creación propia de un momento de agraciada lucidez, y es conocida dentro del mundo del arte-bonsái como VANGUARDIA.

martes, 2 de octubre de 2007

Vacío.

Cuando en los albores de nuestra civilización aparece un grupo de filósofos interesados en la naturaleza y las normas que la rigen (filósofos de la physis –Naturaleza-). Colocamos como base lógica la del estudio de los principios generales naturales como primer peldaño dentro del conocimiento humano.
Para el hombre existe una gran relación con todo lo que le rodea e intenta dar una explicación, aunque haya realidades de las que tema razonar. Una de ellas sin duda la de vacío.
Es curioso que ese miedo haya sido alimentado ancestralmente como lugar en el que se asentaban dioses, del que proveníamos y al que nos aproximamos irremediablemente durante el transcurso de nuestras vidas. Aunque en civilizaciones como la china este tema se ha tratado más desde un punto de vista intuitivo que racional. Para ellos existían dos términos a diferenciar: Uno de ellos la Nada y otro el Vacío. Siendo el vacío el lugar por el que se mueven los alientos vitales. Como vemos términos cargados también de un sentido religioso.
Por otro lado si hacemos una reflexión puramente lógica, podríamos pensar en la nada como una entelequia, o sea algo existente solamente en la mente humana, porque realmente no existe algún sitio en el que exista la nada. Ni tan siquiera en el espacio exterior, en tal caso sí el vacío.
Tras este corto recorrido en las ideas de vacío y nada, quisiera hacerme eco de las interesantes y sabias palabras del maestro Mássimo Bandera sobre la idea de vacío aplicadas al Bonsái:
“La experiencia estética se convierte en una emoción íntima y profunda, no sólo agradable, no sólo artística, sino también espiritual. Las asimetrías dan un corte muy particular, insólito, pero que saben acoger a uno de los grandes secretos de la naturaleza, una de sus verdades más íntimas: la belleza de la asimetría, deja espacios vacíos y libera una gran energía de movimiento. Como en un recorrido del espíritu no queda nada superfluo, pero sólo lo que es realmente natural; del vacío el "todo" y la "nada." La verdadera belleza y la verdadera tipicidad, lo que significa principalmente y especifica es el "vacío",… un bonsái está vacío cuando le falta el sujeto que tiene que representar, pero significa vacío de determinaciones y de identificaciones por lo tanto la realidad absoluta. En efecto todo lo que es determinado y calificado tiene una existencia relativa y no absoluta. He aquí el sentido de mi bonsái: la realidad absoluta está vacía de cada forma determinada y en cuanto tal limitado y condicionada. El observador de las imágenes puede alcanzar así la realidad absoluta de la naturaleza vaciando la mente de cada idea preconcebida, de cada pensamiento. El vacío es la esencia profunda de la imagen. Su experiencia estética .Su belleza.”

Cuando habla el maestro, solo queda tiempo para el silencio y la reflexión: En el vacío afloran pensamientos. Ya no es vacío, El kohan empieza a tener un sentido: Me hace pensar.



lunes, 17 de septiembre de 2007

Tranquilidad estética en el Bonsái.


Durante el proceso de diseño de un bonsái, utilizamos varias técnicas con las que intentamos dar una proyección de nuestro sentido de árbol ideal, estas deben estar enmarcadas dentro de las normas necesarias para que podamos considerarlo bonsái.
Una de ellas, y en muchos casos olvidada, la idea de paz, tranquilidad, serenidad. No debemos olvidar que para que nuestro proyecto se ajuste a esta imagen de bonsái debe cumplir unas normas básicas, y no solo de diseño. En muchos casos estas se nos hacen imposibles, primero por la calidad del material con el que trabajamos, pero también en otras ocasiones por desconocimiento.
Cuando hablamos de paz o tranquilidad, no solo lo hacemos de su vertiente estética, sino también de la metafísica. Ya que ambas deben ser inseparables. Digamos que la parte metafísica dota a la física de credibilidad.
A la tranquilidad estética llegamos por el equilibrio. Sentido importante en el ser humano, ya que nos ubica en el plano de lo predecible y estable.
Es uno de los primeros elementos que apreciamos cuando observamos un objeto. Sin este sentido se nos hace difícil la observación del resto de la composición. Originariamente el bonsái era objeto dedicado a la meditación, con lo que la falta a esta norma hacia complicado este fin .
Podemos distinguir dos tipos de equilíbrio: el formal y el informal.
Por equilibrio formal hablamos del que, dividiendo en dos la imagen, encontramos masas iguales o muy parecidas en ambos lados.
En el Informal encontramos masas desiguales en ambas partes, aunque por alguna razón de tipo racional, igualamos esa diferencia.
En el caso del bonsái, ente otras cosas por la asimetría, el vacío o la pieza cerámica, necesitamos la unión de ambas para llegar a ese equilibrio.
El equilibrio formal entra en menos proporción a la vez que se va inclinando el estilo de formación, siendo el estilo más informal el de cascada.
La posición de desequilibrio se corrige bastante, en muchos casos con el lugar de plantado.
La expresión “Metafísica” nos lleva al significado de las cosas, a lo que realmente esconden en su interior, es el resultado de un uso crítico de la razón. Como bien define la expresión griega está más allá del aspecto físico, de las apariencias.
Como expuse al principio solo el factor físico no crea la tranquilidad, ya que existen factores sutiles de carácter interno que pueden variar el sentimiento de cada uno al observar una obra de arte.
Uno de estos factores es la educación religiosa. En occidente se ha correlacionado la idea de sufrimiento a la de paz. Esta translación es el resultado de visualizar la redención en la muerte, así heroizamos en su momento el hecho del sacrificio de la muerte del Mesías en la cruz y su visión como algo normal. Este embrutecimiento e idealización de la muerte proporciona quizás demasiada intranquilidad metafísica.
Otro factor a destacar puede ser la utilización de ciertos materiales que han sido fundamentales para el desarrollo artístico en Occidente. Hablo de la piedra… el mármol.
Para nosotros el color marmóreo y su tallado son signos de calidad artística sin ningún paliativo. Su translación al bonsái puede ser peligroso, ya que su excesivo uso puede restar Naturalidad.
En Oriente, donde se carece de esta correlación, prima otro factor: La Naturaleza. A través de ella llegamos al bonsái como obra Natural, en la que no se deben sobrepasar ciertos limites. Se adecua estéticamente la edad vegetal a la Natural. No se realizan actuaciones que se salgan de la lógica Natural, ni se abusan de recursos artísticos.
Estos factores metafísicos, a mi modesto entender, pueden llegar a ser algunos de los factores de diferencia entre Oriente y Occidente. Una seña de identidad de artistas que realizan bonsái con un sentido innato de la muerte y su correlación, que además como occidentales hacen uso de sus recursos artísticos.

lunes, 13 de agosto de 2007

LAS TRES NATURALEZAS DE LA ASIMETRIA.

Apreciamos la belleza de una manera subjetiva.
En esta forma de ver las cosas observamos la realidad en función de nuestro estado de ánimo, físico, e incluso en algunos momentos mental.

El hecho de ver la belleza en la Simetría o Asimetría, cuando hablamos de Bonsái, es una discusión estéril. La realidad es que para hacer bonsái debemos utilizar la Asimetría como valor irrenunciable. Éste es uno de los valores estéticos Zen y por sí un valor que forma parte de la definición de Bonsái.
Si realizamos un análisis más profundo de este hecho quizás lleguemos a preguntas muy interesantes.
Una primera aproximación  indica que dentro de la Naturaleza extensa (Ámbito Total ), la Asimetría es una expresión plena. Seria difícil describir algún ser o evento que no haya sido irregular o asimétrico en su existencia.
Ahora bien, si nos adentramos dentro del circulo de la Naturaleza Humana vemos que esta circunstancia varía.
Son ya conocidos los artículos científicos sobre la búsqueda de la simetría y perfección en el propio código genético humano, y hablamos por ejemplo de un pilar básico de la vida, la reproducción. Hombres y mujeres buscan la perfección a través de la simetría de sus parejas, de una manera innata (biología evolutiva).
¿Cómo podemos entonces comprender la búsqueda de la belleza en la Irregularidad o asimetria desde la perspectiva humana?.
Bien, la naturaleza Artística es ese Don por el que el hombre reinterpreta la realidad que tiene a su alrededor y la da a ver a los demás. Para ello, se ayuda de todas las variables que lo conforman en su vida(relación). De esta manera, aunque su genética e instinto le guíen hacia la perfección, a través de la observación y estudio de la Naturaleza , aprende a visualizar la imperfección y asimetría y la eleva en su escala natural de Valores.

viernes, 3 de agosto de 2007

ELECCIÓN PERSONAL




Cuando trabajamos alguno de nuestros prebonsais, lo damos por terminado cuando vemos que conseguimos proporcionarlo correctamente, posicionarle sus ramas y trabajarle su verde. Bien ,creo que para empezar no es poco!!, aunque sinceramente, pienso también que comienza una nueva y fascinante etapa. Y no hablo solo del cultivo. Pienso en estos momentos de la unión a su tiesto.


Es cierto que existen varios medios para acercarse a lo que debiera ser "académicamente" más correcto, entre ellos el de la rueda de colores, por otro lado los convenientes consejos de maestros y especialistas sobre los tipos de tiestos y estilos, revistas especializadas, catálogos...

Quisiera añadir a esta lista algo que empiezo a tomar muy en serio, algo que va quizás en contra del principio de universalidad, pero que considero importante: Nuestra visión subjetiva.
Esta visión está muy unida a nuestras vivencias, educación, carácter, costumbres y un sinfín de elementos más, pero que dotan a nuestros árboles de un nuevo y fresco carácter.

Es evidente que no debemos dejar la senda y perdernos en un inmenso bosque, que además nos alejaría de la idea de bonsái. Debemos buscar ese punto de equilibrio en el que puedan convivir corrección y gusto personal.

Esta idea enlaza la libertad de acción (bien entendida) con el bonsái hasta límites más profundos. Valoramos de distinta manera la maceta y añadimos su valor estético al sentimental.

Atendemos pues también al sentimiento Vanguardista de la obra.

Para mí la imagen del tiesto de esta pequeña Shikatusa, representa la sierra de las nieves; alberga un helecho enano. Esta pieza tiene ya un valor sentimental bastante importante para mí.

lunes, 16 de julio de 2007

SIMPLIFICACIÓN-SIMPLICIDAD.

En una observación directa de la naturaleza, advertimos que para asegurar la continuidad de la vida, los organismos multiplican en muchos casos algunos órganos, así tras la pérdida de uno, existe la posibilidad de sustituirlo por otro que siga realizando sus funciones de manera eficiente


Esto entre otras cosas provoca multiplicidad y por consiguiente más consumo de energía

En el mundo vegetal esta máxima se hace más evidente. Se multiplican raíces, troncos, ramas, hojas... Durante la vida del ejemplar irán desapareciendo debido a la intervención de factores externos, estos mismos son los que irán configurando su aspecto propio y nos harán una pequeña biografía de su existencia.

Cuando el árbol se encuentra en fases tempranas adquirirá la forma biotípica de su especie, dirigida por su código genético en el que primarán los ángulos de salida de cada rama, su posición , la forma y distribución de sus hojas...En resumen todas las propiedades que han propicidado que la especie se haya mantenido con vida dentro del ecosistema en el que se han desarrollado desde que existe.

En el mundo del Bonsái toda esta realidad cambia, se introduce un nuevo factor, y por el contrario desaparecen varios. El cultivo pasa a la esfera del bonsaista. Las provisiones de alimento, agua y energía se aseguran; las plagas se mitigan.

Tradicionalmente los maestros bonsaistas orientales han marcado sus obras en el acercamiento a estados muy avanzados en la edad biológica del árbol. Eso induce a la simplificación de la piezas, podas de ramas, confecciones de jines (partes muertas talladas y esculpidas), Sharis (zonas muertas entre ramas pulidas y tratadas).

Esta simplificación o simplicidad entra ya dentro de los cánones del bonsái por definición (estética Zen).

En antropología se estudia la simplificación como un acto para comprender mejor las cosas, dentro de este marco seria lógico pensar en ella cuando hacemos bonsái, pero puede existir también la duda del valor absoluto de esta simplificación: ¿Hasta donde?

Para mí este valor absoluto depende de tres variables: La edad donde quiero colocar al árbol , el carácter propio de este y su espécie.

No es lo mismo hacer el diseño de un haya joven o un pino centenario; tampoco lo es hacer un enebro que un olmo. Y el estúdio de caracteristicas que lo hagan singular es fundamental para no crear bonsais estereotipados y sin carácter.

viernes, 29 de junio de 2007

ALEGATO ECOLOGISTA. (EL AULA DE LA NATURALEZA)



Durante siglos Occidente se ha mantenido de espaldas a la Naturaleza, quizás hoy empecemos a mirar de otra manera esta realidad. Los movimientos ecologistas afloran y llegan en ciertos casos a gobernar sobre grandes países, véase el caso de Alemania, donde los verdes llegan ya a ser tan importante que durante años han dominado carteras de gran calado.No hablemos de los países Nórdicos donde son ya casi una forma nueva de vida, el respeto a la naturaleza y todo los que les rodea convive en armonía con el hombre.

Este pequeño alegato a lo que debiera ser la normalidad desaparece cuando se atenta contra la comodidad humana, los países que nos denominamos del primer mundo nos damos cuenta que la palabra ecología es muy bonita vista desde un confortable sillón y viendo nuestra televisión o escuchando nuestra radio mientras conducimos, pero se vuelve muy incómoda cuando necesitamos utilizar los posibles recursos que están a nuestro alcance, para lo que es necesario "cargar" contra la Naturaleza para mantener este estatus.

Bien, este sentido está girando en la actualidad hacia Oriente, donde países como China, Corea, y desde hace ya bastante tiempo en Japón la boragimen productiva ha llegado de una manera radical. Espero todo este derroche se haga de una manera sostenida ya que es verdad que la tradición en esta zonas les llega de sus ancestros. No obstante la avaricia humana quedará a prueba sin duda y veremos prontamente quien ganará este enfrentamiento de formas de ver la realidad.



Toda esta reflexión no es óbice para reparar en la increíble fuente de sabiduría que podemos encontrar en la Naturaleza, solo estudiando directamente sobre ella encontraremos los parámetros necesarios para aplicar sobre nuestros Bonsáis, dotarlos de credibilidad que añadida al ingenio harán posibles obras que nos embarguen y a la vez motiven a quien los vean.

Por todo ello se hace necesario el estudio directo sobre la Naturaleza, sobre los parajes y sobre los especímenes, en cada zona se posibilitará el razonamiento estético de cada uno de los estilos que estudiamos de una manera pueril y simple sobre papel. El resumen es claro: El principal aula es la Naturaleza.

martes, 26 de junio de 2007

AUTOR EN EL TIEMPO

La mayoría de la obras de arte, en cualquier lugar del mundo, se componen y terminan en un cierto espacio de tiempo. Cierto es también que en ciertos casos es difícil elegir ese momento final, teniendo en cuenta el sentido de perfección o de satisfacción personal al acabarlas.


El caso del Bonsái puede ser uno de estos casos más especiales al que por su propio material de partida, el árbol, no deja de cambiar nunca su aspecto físico debido a su crecimiento y a los distintos factores que lo rodean: clima, Plagas, acontecimientos físicos...


Otro de los factores importantes es el cerámico. La obra como tal queda finalizada durante su cocción, pero en el caso del bonsái no se reserva como pieza en un museo, ni quizás en un sitio preferente de una suntuosa vitrina, sino que se ve sujeta a cambios propios del cultivo y exposición del árbol. Forma parte del sentido del bonsái. Árbol en maceta, parte irrenunciable de la obra y , en muchos casos, con un valor artístico superior al árbol. El paso del tiempo le confiere una patina que la dota de una de las cualidades más apreciadas en el mundo del arte japonés. En ella además se aprecian todas las cualidades estéticas del arte Zen. Igual de reconocidas en el árbol como en la maceta.


Es claro que el árbol es solo naturaleza en el momento en el que el artista decide colocarlo dentro de una pieza cerámica, es modelado y cultivado durante años, quizás por varios artistas. Pero ¿Que ocurriría si esta pieza perdurara durante muchos años? ¿Se perdería la mano o las manos de los autores?...¿Tendría entonces la idea de autor algún sentido?


Creo que en este momento el bonsái trasciende como mera pieza y vuelve a su naturaleza. Está sobre los autores, llegamos al caso de un Super Bonsái u Obra maestra. Sin embargo, aún en estos casos, sigo pensando que la mano del autor continua de alguna manera evidente, desde luego el primer modelaje queda de base. Otra cuestión puede ser el grado de naturalidad que quede en la obra.. Quizás muy en función del acabado primero. El verdadero bonsaista debe buscar, en mi opinión, ese acabado natural que quedará tras el paso del los años. Forma y estructura pueden ser también el punto fuerte sobre el que basar esta idea de autor.


Premisa importante es la de considerar al autor con la suficiente entidad para dejar su impronta sobre la obra. Si carece de ella dificilmente conseguiremos distinguirla e incluso se difuminará rápidamente en el tiempo.


Vivimos en la era de la información y por lo tanto nuestros canales facilitan mucho la posibilidad del conocimiento de muchos y variados artistas y sus obras. Esto corre a nuestro favor pero a la vez no nos permite, en muchos casos, poner a prueba todo lo dicho anteriormente. En mi opinión solamente el tiempo y la vida del bonsái nos dará o quitarán la razón.

miércoles, 16 de mayo de 2007

AUTOR

Hace uno días, durante unos comentarios con mi amigo y compañero Juan Vallejo, hablamos del concepto de autor dentro del Bonsái como arte.

 Varias consideraciones surgieron de inmediato. La primera :"El tiempo". La certeza de que durante la vida de la obra ésta diluye la mano de su autor . Por otro lado la idea de que la búsqueda incesante de la novedad provoca el olvido de parte de la producción que no debe ser siempre estereotipada. Por lo tanto  la obra debe ser compuesta, de esta manera ,por el sentido natural del propio árbol.
Uno de los tres sellos distintivos del budismo (no olvidemos que el zen es un conjunto formado por :Budismo, confucionismo, Sintoísmo y Animismo) es el de la impermanencia (Shogyo-Mujo).

Mi posición es la de considerar el Bonsái como obra inacabada, necesita en todo momento de alguien que lo cultive, y ya sea de una manera u otra, a través de sus cuidados o de sus distintas reformas a nivel artístico, éste siempre dejará impreso su valor personal sobre la obra y  uno de los supuestos no es válido, no puede darse un bonsái solamente con el riego y con el paso del tiempo.

No Individualidad (Shoho-muga):Donde se encuentra el hombre se da inexcusablente la autoría sobre sus obras, es inherente a la condición humana, es innato. Quizás sí que se pueda intentar lo contrario. Intentar borrar esta mano de manera que nos integremos con el resto de los seres, en concordancia y unitariamente.

Según el Budismo el "yo" personal es mera ilusión, fruto de la acumulación de los "cinco agregados" (Goun) de la personalidad ilusoria. Llegado a este punto nuestro referente es la "Naturaleza". Utilizarla como ejemplo y escuela para la realización de nuestras obras.

Por fin con respecto a la configuración de las obras  debemos abrir nuestros límites y como bien defiende el maestro Massimo Bandera debamos ir hacia la defensa del diseño del árbol monumental.

La idea de formar una obra acercándonos únicamente  a la edad de árbol viejo , me parece pobre en el sentido de quedarnos solo con una parte de su vida. El árbol monumental y su despliegue en el tiempo hasta la cercanía a su fin, quizás. Incluso su cercanía a estadios más jóvenes puedan ser soluciones a materiales coherentes con esta idea.

miércoles, 2 de mayo de 2007

Miniaturización - Proporciones en Bonsái




Uno de los factores importantes a la hora de hacer Bonsái es la miniaturización. Este factor hace que la obra de arte pase a la esfera de la vida privada, con lo que creamos un lazo afectivo muy importante. Conseguimos que el árbol se convierta en algo muy personal, así lo hacemos a la medida de nuestras manos. El verdadero sentido de todo esto es la proporción. Necesitamos una relación de normas que nos acerquen a unas formulaciones que ayuden a la reproducción artística.


Este sentido de la proporción ha llegado a interesar tanto al hombre y la ha aplicado a tantos puntos que varían desde, por ejemplo , la diferencia entre el aspecto físico del hombre y la mujer: ha preocupado en las civilizaciones, egipcia, griega, romana... en la Edad Media, Gótico, Renacimiento...Alberto Durero, Alberti, Picasso...


En nuestra civilización llegamos a la verdadera "cuadratura del hombre" ó "circunferenciación", en realidad a la humanización de todas las cosas mediante el hombre de vitruvio. Esa famosa quimera , en la que el ombligo era el centro del circulo y los genitales los del cuadrado. También han existido deformaciones típicas impuestas por las necesarias correcciones ópticas, por las expresiones derivadas de los distintos estilos, incluso por los movimientos puramente estéticos.


Más cercanamente en la Andalucia árabe del califato de Córdoba con la proporción Cordobesa (1,3), más humana que la conocida posteriormente como Divina.


Sin embargo en el Bonsái se trasciende de una manera más natural hacia la proporción Áurea (1,6). Esta relación más universal en todos los ámbitos Naturales. Desde los Nautilus (Caracola) a las espirales de los girasoles.


No debemos sin embargo encorsetarnos a unas series matemáticas para producir obras de arte, de hecho es tan lícito el recurrir como el de prescindir de ellas ya que es factor muy importante el de libertad de acción. Sin la que nos veríamos recurrir una y otra vez a realizar obras en serie.

sábado, 28 de abril de 2007

Escuela de Vanguardia.

Cuando hablamos de Bonsái hoy, no hablamos de los mismos principios que lo regían en su nacimiento. De hecho es una ventaja que haya evolucionado tanto desde que empezara su historia en China hace ya unos 3500 años.

Quizás sus orígenes estuvieran muy unidos a sentimientos religiosos; aunque también hay quien los sitúa cerca de la corte del Faraón, como sistema para trasladar las futuras medicinas para la corte. Con ellos se producían las famosas pachangas (productos elaborados con cinco partes distintas del árbol).

Sea como fuere es innegable que cuando el ser humano miniatura algo, realmente lo que hace es colocarlo dento de su ámbito más personal. Eso junto a la religiosidad fueron los dos primeros principios para su aparición (árbol en maceta, miniaturizado, principios estéticos Zen).

A partir de finales del siglo XIX y primeros del XX se manifiesta de una forma más evidente una característica de la cultura Japonesa : Shizen (=Naturaleza). Es respetada y reverenciada desde tiempos inmemoriales, adquirida dentro de su conciencia de una forma innata. El maestro kobayashi realiza una clasificación de los estilos basada en su observación en la Naturaleza, y no en unas características propias de unas determinadas regiones (Como sigue ocurriendo en China con el Pen Jin.

Actualmente la escuela de Vanguardia, como una de las representantes de nuestro tiempo, incorpora una nueva idea: Autor. Sentimiento propio de la especie humana, negado de forma taxativa por la religión Zen, como forma de unificación y uniformidad. Esta nueva aportación debe dar frescura y posibilidad de libertad para la realización de nuevas obras, obras más cercanas a nuestro tiempo, y seguramente sin el encorsetamiento de viejas normas. que evitan crear obras que realcen características propias de cada árbol.

Dos son por tanto los principios fundamentales : Naturaleza y Autor. Unión de Oriente y Occidente. Búsqueda de la belleza Universal. Naturaleza-Hombre.

sábado, 31 de marzo de 2007


La primera pregunta a la hora de realizar una obra de arte puede ser :¿hacemos algo nuevo (prototipo), o nos acercamos a algo ya existente( estereotipo)?
Me remito en este caso a la excelente y clara exposición que hace de este tema el arquitecto Günter Nietsche en su libro "El jardín Japones".
El hecho de buscar en todo momento un nuevo proyecto puede llegar a ser muy estresante y frustrante en la mayoría de los casos, ya que en contadas ocasiones se llega a la consecución de lo que se persigue. Lo que si que parece más evidente es el hecho de producir obras de nuestro tiempo. Me refiero en realidad a la producción de obras coetáneas .No tiene sentido intentar copiar al pasado, en este caso solo conseguiríamos hacer una imitación más o menos buena de algo que ya se realizó anteriormente.

En el caso del Bonsái pocos maestros son los que reinterpretan una y otra vez esta idea, no solo por convencimiento, sino por su valía artística, por su valor intelectual o por su sentido artístico.

No me puedo resistir nombrar al más importante probablemente en la historia del Bonsái. El maestro Masahiko Kimura . Es si duda el espejo donde muchos queremos reflejarnos, aunque solo sea un pequeño instante.

No queda muy lejos aún el momento en el que otro gran maestro, Murata, en los años 60 comienzo a redondear los Atamas (ápices) de sus árboles, acercándose de esta manera a los viejos ejemplares que se encuentran en la Naturaleza. Y muy anterior a este, el Maestro Kobayashi , lo hizo confeccionando la primera calificación de estilos basándose en sus estudios naturalistas. En el caso actual nos encontramos con un importante maestros, como es el caso de Massimo Bandera, que está en la seguridad de que el verdadero camino artístico del Bonsái se encuentra íntimamente unido a dos conceptos fundamentales : Naturaleza y Autor. Este movimiento es conocido por Vanguardia.

martes, 27 de marzo de 2007


Hola a todos, y en especial a los que se sientan atraídos por el mundo del arte oriental en general. Digo esto, porque pretendo que este blog sea una pequeña ventana donde los que la visiten , en su benevolencia, vean la opinión en algunos puntos de carácter general sobre este basto mundo.
Lo primero, quizás ,deba ser mi presentación que pasa por la de un aficionado al mundo del Bonsái. Sí, este arte milenario Japonés, del que se cuentan cantidad de historias míticas, del que y en que todos queremos presumir, Quizás, porque dentro de nosotros se alojen varios de los "pecados humanos": envidias, arrogancia, orgullo...¡Dios me libre abusar de alguno de ellos! aunque no descarto el flirteo, ya que yo también soy humano .
Espero, también, que todo aquel que desee aportar algo, lo haga; y se publicará. La base de estos comentarios saldrán de las reflexiones sobre el estudio del bonsái, al que daré un tratamiento de arte, como ocurren en oriente, más concretamente en Japón donde coexiste con tantas otras artes.